sábado, 15 de octubre de 2011

TODO ES OLVIDO

Ahora que voy a cumplir, dentro de dos meses cincuenta y cinco años...
Una vez escrito, lo leyó y lo tiró a la papelera.
Un trago de cerveza no le dijo por su boca soy un viejo, pero sí lo pensó. Y mientras lo rumiaba se lió un cigarrillo.
Metió en su bolsa de deportes botas para andar, dos calzoncillos, dos calcetines, una camiseta, un pantalón y libros.
Tenía trece años y lo único que quería era irse al sur. Una playa del sur. El único sitio donde no hacía frío.
Otro trago y mira a su hermano diciéndole no te puedes ir. Vas a romperle el corazón a papá y a mamá.
Termina la cerveza, lía otro cigarrillo y le dice a mamá, sí. Sabes que papá está con sus cosas. Ni se va a enterar y si se entera es por prestigio, para no hacer un feo ante los demás. Al leer la poesía que me hizo me atreví a leerle otra que hice yo. Me miró tras sus gafas que hacen sus ojos temibles, pero entonces no dijo nada. Me tuvo allí de pie y volvió a leer el periódico, como siempre tumbado en la cama.
Nada, nada. No me dijo nada.
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Vuelve a por otra cerveza para saber si el recuerdo es verdadero. Bebe un trago,luego otro y abre otra lata.
Piensa que en honor a la verdad ya no se acuerda si fue así o no, pero más o menos.
Similarparecido.
Bueno, todas esas cosas que luego le hicieron ser escritor sin editar un solo libro.
Cuando dijo el hermano te buscará la policía y la guardia civil, tuvo miedo.
Volvió con sus libros y su ropa y su hermano que fue héroe ante su madre y su tía y escribió algo, que luego tuvo un psicólogo, junto con cientos de papeles escritos por él, cada uno un cuento.
Jamás volvió a leer frase de ellos, salvo una que salió en una revista, y tras escribir en una pizarra de colegio ahora era anónima y ni siquiera la recuerda.
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El psicólogo al tratar a una endemoniada, no supo más de él, pero a por otra cerveza, recuerda que lo vio en Madrid, poco después de terminar la mili. No le habló porque iba de la mano de su mujer. Encanecido, viejo, impedido, derrotado.
Y mientras la vida ve pasar, se bebe la cerveza, como la vida.
Se ríe diciéndose ahora soy feliz y no pasó , pero de , pues del pasado todo es olvido.

4 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

El pasado no existe, no lo puedes tocar porque no está, el hoy es lo que hay nada más.

¿Dos mese para tu cumple? ¿Diciembre, que día? Soy de diciembre y casi tengo esa edad, casi,,, me falta poquito :(

Andri Alba dijo...

Existió el pasado, existe el presente y el futuro lo creamos...Que hay que vivir para sentir que se vive, el presente, no quiere decir que el pasado haya que dejarlo atrás. Si nuestro cerebro fuera un cerebro de ordenador, sería muy fácil borrar de la memoria cualquier cosa, pero no es así.

Yo vivo en mi pasado, en mi presente y vivo también en el futuro que me gustaría ver...Y lo veo cuando lo veo y cuando no, pues no. Algo depende de mí y otro algo no depende de mí sino de los factores que me acompañen.

No sé y no sabré vivir sólo el presente. Necesito saber mi pasado y, viviendo mi presente, necesito hacer planes de lo que será mi futuro.

Saludos,

Andri

TORO SALVAJE dijo...

La vida se nos bebe a todos.
No se libra ni el más listo.

Saludos.

HATOROS dijo...

EL 20 AMIGA QUERIDA ABARAZOSBESAOS.
CONSECUENTE ANDRI BESOSABARAZAOS.
CIERTAMENTE AMIGO TORO ABARAZOS

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LA PIEDRA

Cuando llegué a casa de Alberto, me dijo que le acompañara, porque la vecina palmó y, tenía que ver si se había cerrado el gas y el agua. La casa olía a soledad, a rancio de persona mayor, y en la silla donde se sentaba, a muerto, pues en esa, la encontró la muerte. Alberto me dijo que estaba sola, nadie de familia, pues igual que tú, dije, que aunque tengas a tu hija, te amenazó con irse si no le dabas dinero, y por eso la mandaste a tomar por culo. Mira si quieres algo, porque el nuevo dueño vendrá y tirará todo, pintará la casa, pondrá muebles nuevos y la alquilará. Alberto abrió los cajones y miramos en ellos. Voy a llevarme esta caja con estos libros, las imágenes de las vírgenes y la piedra, le dije. Pues invítate a una caña, añadí, porque estoy tieso; eso está hecho, dijo Alberto, y le lié un cigarrillo para él y otro para mí. La piedra la puse encima de la valla del jardín y me olvidé de ella; las vírgenes por toda la casa. Fue al hacer el huerto, cuando volví a ver la piedra, por un lado cuarzo rojo, por el otro, pegado a él, una especie de grabado en piedra, parecido a celdillas. Me fumé un canuto y con los humos, descubrí de donde salía la piedra. En el monasterio de Fuentes, abandonado tiempos ha, pegado a la pared más alta del Pirineo aragonés, habitaban cinco monjes. Ahora eremitas, que, cortándose las lenguas para jamás volver a hablar, llegaron allá para expiar sus culpas, penas dolorosas por matar al pueblo de Ics, ordenado por sus superiores. Dedicaban sus vidas a orar, cultivaban la tierra cercana al río Escrito, y aliviaban las penas de los aldeanos, que llegaban en ocasiones, para que salvaran la vida de algún niño, presa de fuertes fiebres, atender algún brazo o pierna rotos, y en general atender a los necesitados. Nadie sabía sus nombres, y poco a poco se fue creando una aldea junto al monasterio. Cosa que se supo de inmediato en el castillo del marqués, pues dejaba de ingresar sus diezmos, y sus campos dejaron de ararse. Así que envió a sus treinta mejores hombres, para traer a todos los que allí vivían. Los que no quieran venir les arrancáis las orejas, ordenó. Poco antes de que llegaran, los aldeanos lo supieron y les dijeron a los monjes: como siempre, el poder debe mandar y el pobre obedecer, y si no tienes na, buena sea la muerte. Se reunieron los cien aldeanos dentro del monasterio y con la ayuda de los monjes…Sobre los arboles unas redes, sobre la senda, unas fosas. Los guerreros del marqués, confiaban en que sería sencillo, más cayeron en las trampas y despojados de sus armas y caballos, los encadenaron en el monasterio. Lo que ocurrió después ya se sabe, el marqués llamó al duque, coleguilla de pernadas, y juntando un ejército, arrasaron el monasterio, y tras enormes pérdidas de hombres, mataron a los monjes, les cortaron las orejas a los hombres, y a las mujeres las violaron y, una de ellas, presa de dolor, arrancó la piedra que aquí veis, y de padres a hijos, llegó a las manos de la vecina, que murió junto a la casa de Alberto y, la piedra, no tiene poderes, ni falta que hace, porque es bonita y me gusta mirarla. Y como todo, fin.