viernes, 28 de mayo de 2010

EL GARGAJO

Yo no quería salir, pero mi dueño tosía y tosía, pero repito, no quería salir. Tras una tos inmuda, en la que mi dueño casi se muere mientras conducía, abrió la ventana y salí.
Al hacerlo, dije asombrado:¡otra vida! y en efecto fui feliz.
Lo único malo es que no pude ver la tierra. Me quedé pegado en un cristal y cuando ese cristal dio un montón de vueltas de campana y se rompió, sí caí despacio y en silencio y vi la tierra en la que quería estar.

jueves, 27 de mayo de 2010

ARCONIANOS CINCO

Mi cuñado, me dijo mi sobrino Ricardo, su hijo, cayó desmayado en el hospital cuando iban a revisar su operación del brazo. Un infarto. En una cama entre tubos, yace entre la vida y la muerte y hay que esperar me dice Richi, y vente a comer vienen los amigos de Juanto. El bomber, Carlos y Manuel, le respondo cuando pregunta quienes.
Y como la vida sigue, mientras no te mueras, tienes que comer, dormir, cagar, follar, amar,cabrearte con los políticos, pasarlas putas a veces por algún cabrón o cabrones y cuando van a jugar al pingpong, Ricardo mira el arcón y ve el agujero pequeño y negro, pero no le da importancia.
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¡Joder!
Mientras bebo cerveza voy haciendo la paella y cuando suben hablan Carlos y Richi y el bomber dice que no puede abrir el arcón y es increíble, donde coño lo habéis encontrado y Juanto le cuenta la historia y le dice que casi no pesa, pero es imposible abrirlo.
Pues ya se abrirá y les digo que en esta vida no hay prisa y entonces miro a Richi.
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La paella es de un cuatro, pero todos me dicen que esta buena. Va, no jodais es solo pasable. Aún así somos ocho y he hecho para dos comensales más y no ha quedado ni un grano. Luego Richi se fue, para ver qué le decía el medico y se fueron todos y le deje el coche a los de Bizarre Mind para el concierto y Susana y yo nos fuimos a ver al hermano de Jomer tocar y los demás fueron a jugar al rol.
Y AQUÍ SEGUIMOS

martes, 25 de mayo de 2010

ARCONIANOS CUATRO

Debo recoger de correos un certificado que han enviado a mi nombre y justo cuando me pongo a escribir esto, viene Susana con una cerveza en la mano y me mira y dejo de escribir.
El santo y la musa se fueron al cielo, creo yo que a echar un polvo de esos que duran y duran, porque se miraban de una manera... que hasta me puso cachondo y claro les acompañé como mirón y exploté de gusto.
Ya se sabe, los semidioses lo hacen mejor.
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Me di cuenta sin embargo, que el correo ya lo había recogido y lo tenía dentro del libro de actas, donde coloco estas letras.
Lo leo y dice Hacienda, que dicen los que mandan que somos todos, aunque ellos la dirigen, que le tengo que dar 12.694,69 euros porque mi padre se murió y nos dejó una herencia en participaciones sociales de la empresa patrimonial. A pesar de lo que dicen que hay en bienes, casi todos los vendí antes de que mi padre muriera.
Mis hermanos y mi ¿padre? nos quitaron de la herencia a mis hijos y a mí me dieron 150.000 euros, así como de propina, por ser sinvergüenza, por habernos robado, a pesar de que deshipotequé 285. kilos y dejé en el banco sobre 120 kilos más y lo podéis ver en las cuentas y sí, podéis llamar a una empresa que mire esas cuentas una por una para ver si he robado.
¿Lo pagas tú? dijeron.
En fin, Hacienda dice que la herencia consta de 1.600.000.- euros en bienes y yo dije que 600.000.-
¡AY, ESTOS POLÍTICOS LADRONES!
Pero a mí no podrán quitarme nada, porque nada tengo ya, y si tuviera dinero tendría que pagar a un abogado y a un economista para que me defendiera de los que me quieren robar.
¿Pero puedo huir y saber que a mis hijos no les robarán lo único que tienen, que es su hogar?
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Bajo por una cerveza al congelador y me doy cuenta que bajo el arcón sigue ese brillo y ahora hay un pequeño agujero negro a su lado, que antes no estaba.

domingo, 16 de mayo de 2010

ARCONIANOS TRES

Y así de repente como vino, se fue el mal de Ester amiga de Juan Tomás, aunque aún convalece pero salió del hospital y claro, dijo de colocar esas cosas - que si una furgoneta rota, que bajamos por una cuesta imposible, bobinas de madera enormes, balas de paja, banderas- para las bolas de pinturas y es entonces cuando Juan Tomás habla con ella y se van a hablar con la Guardia Civil para firmar los permisos, porque por la tarde traía a 26 personas para que jugaran y me dice ella:
- Oye ¿porque no les digo a la Benemérita que se entrenen aquí?
- No sería mala idea, incluso podrías hablar con la Policía Municipal del pueblo, para ahorrarse un dineral en munición de pistolas. La digo riéndome.
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Entonces Juan Tomás con los ojos en blanco y mirando al infinito nos dice:
- Joder, incluso al ejército y te harías de oro. Imagínate unas maniobras militares aquí, en tu finca, con el Ejercito de Tierra y Aire y preparar cañones antiaéreos con bolas pintadas. Y los helicópteros. El Ejercito y el Estado se ahorrarían un montón de pasta. Y tener carros de combate que maten con bolas de pintura.
En ese momento viene el padre de Ester y le cuentan que si no quiere el Ejercito español, se irán a China, pero ( se miran Juanto y Ester) hablando a la vez, porque allí será más fácil, seguro, pero tendrán que venir de 5.000 en 5.000 a entrenarse porque son mil y la madre y uno más, dice Alvaro.
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Al volver a casa, dejo el coche en el garaje y el arcón sigue cerrado, aunque me mira y me llama con su brillo bajo él, pero estoy reventado y Juan Tomás no vino conmigo porque se tomó unas birras con Ester y Ramón y tengo sueño.

martes, 11 de mayo de 2010

ARCONIANOS

LA SEGUNDA


Hoy es el día siguiente y toca abrirlo. Llamaré a Juan Tomás y tumbado en la cama, mira mi conjunto, que soy yo, porque aún no se ha puesto las gafas.
- Vamos a abrir el baúl, le digo desde la puerta.
- No es baúl, sino arcón porque es más grande. Y he llamado a Ester pues lo encontramos en su finca.
- Me parece cojonudo ¿ cuando viene?
- No lo sé. Se ha puesto Ramón y me dice que la han ingresado, porque no podía respirar. Que dentro de un rato viene a dejar a los perros.
- ¿ Pero ella está bien?
- Bueno, no es mucho la cosa y sí, está bien, ahora que le acaban de colocar unos respiradores para el pulmón.
- Pues vaya hostias.
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Bajo a tomarme un café pero no me preocupo mucho, porque conozco a Ester y aún dormida por la anestesia, quiere empezar su nuevo negocio, que ya, pero ya, debería estar funcionando y una imagen de ella marca un número en su móvil, diciendo: qué estresada estoy, mientras sonríe porque habla con Susana, caminando de un sitio a otro.
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Me voy al garaje y miro el arcón y como si fuera persona, le pregunto: ¿qué tendrás ahí dentro? y me doy cuenta que bajo él, hay algo que brilla.

miércoles, 5 de mayo de 2010

ARCONIANOS

PRIMERA PARTE


Todo comenzó el día que íbamos a limpiar un terreno de una amiga de mi hijo Juan Tomás, allá apartado del pueblo de Robledo de Chavela.
Sí; antes mirábamos si había bichos bajo las piedras, porque una vez, cuando tu abuelo me llevó de caza, siendo yo niño, levanté una y bajo ella, estaba el escorpión con su cola, presto a picarme, pero mi padre me empujo, caí al suelo y de inmediato disparó los dos tiros hacia el bicho.
¡Hala!, dije y quedé espantado. No del escorpión, que ya no se veía, sino del ruido de la escopeta y del agujero del suelo.
Mi padre me explicó lo que yo te dije antes.
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Ahora esperar un momentito, por favor, porque me llama el director de la caja de los cojones, que nos roba de manera legal y me dice que el préstamo está concedido y que me van a robar más. De un 0,60 a un 2 por ciento y me cabreo pero trago, porque no hay más huevos.
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El primer problema fue cavar la tierra de alrededor para poder desenterrarlo. Un esfuerzo sobrehumano que duró dos horas y a beber agua como ranas.
El segundo problema que resolvimos con igual esfuerzo consistió en colocarlo sobre la carretilla para poder subirlo ( tercer problema) por la empinada cuesta y luego colocarlo en el coche para llevarlo a casa.
Pero antes terminamos el trabajo que se nos había encomendado, llevando las piedras al sitio que nos dijeron.
Al llegar a casa nos dimos cuenta que al bajarlo del coche, no pesaba nada y nuestra cara de asombro al mirarnos, nos causó risa.

sábado, 1 de mayo de 2010

El escribir

Alguien dijo:
_Escribes para huir de los problemas.
Alguien contestó:
_No. Los hago mios y los transformo

LA PIEDRA

Cuando llegué a casa de Alberto, me dijo que le acompañara, porque la vecina palmó y, tenía que ver si se había cerrado el gas y el agua. La casa olía a soledad, a rancio de persona mayor, y en la silla donde se sentaba, a muerto, pues en esa, la encontró la muerte. Alberto me dijo que estaba sola, nadie de familia, pues igual que tú, dije, que aunque tengas a tu hija, te amenazó con irse si no le dabas dinero, y por eso la mandaste a tomar por culo. Mira si quieres algo, porque el nuevo dueño vendrá y tirará todo, pintará la casa, pondrá muebles nuevos y la alquilará. Alberto abrió los cajones y miramos en ellos. Voy a llevarme esta caja con estos libros, las imágenes de las vírgenes y la piedra, le dije. Pues invítate a una caña, añadí, porque estoy tieso; eso está hecho, dijo Alberto, y le lié un cigarrillo para él y otro para mí. La piedra la puse encima de la valla del jardín y me olvidé de ella; las vírgenes por toda la casa. Fue al hacer el huerto, cuando volví a ver la piedra, por un lado cuarzo rojo, por el otro, pegado a él, una especie de grabado en piedra, parecido a celdillas. Me fumé un canuto y con los humos, descubrí de donde salía la piedra. En el monasterio de Fuentes, abandonado tiempos ha, pegado a la pared más alta del Pirineo aragonés, habitaban cinco monjes. Ahora eremitas, que, cortándose las lenguas para jamás volver a hablar, llegaron allá para expiar sus culpas, penas dolorosas por matar al pueblo de Ics, ordenado por sus superiores. Dedicaban sus vidas a orar, cultivaban la tierra cercana al río Escrito, y aliviaban las penas de los aldeanos, que llegaban en ocasiones, para que salvaran la vida de algún niño, presa de fuertes fiebres, atender algún brazo o pierna rotos, y en general atender a los necesitados. Nadie sabía sus nombres, y poco a poco se fue creando una aldea junto al monasterio. Cosa que se supo de inmediato en el castillo del marqués, pues dejaba de ingresar sus diezmos, y sus campos dejaron de ararse. Así que envió a sus treinta mejores hombres, para traer a todos los que allí vivían. Los que no quieran venir les arrancáis las orejas, ordenó. Poco antes de que llegaran, los aldeanos lo supieron y les dijeron a los monjes: como siempre, el poder debe mandar y el pobre obedecer, y si no tienes na, buena sea la muerte. Se reunieron los cien aldeanos dentro del monasterio y con la ayuda de los monjes…Sobre los arboles unas redes, sobre la senda, unas fosas. Los guerreros del marqués, confiaban en que sería sencillo, más cayeron en las trampas y despojados de sus armas y caballos, los encadenaron en el monasterio. Lo que ocurrió después ya se sabe, el marqués llamó al duque, coleguilla de pernadas, y juntando un ejército, arrasaron el monasterio, y tras enormes pérdidas de hombres, mataron a los monjes, les cortaron las orejas a los hombres, y a las mujeres las violaron y, una de ellas, presa de dolor, arrancó la piedra que aquí veis, y de padres a hijos, llegó a las manos de la vecina, que murió junto a la casa de Alberto y, la piedra, no tiene poderes, ni falta que hace, porque es bonita y me gusta mirarla. Y como todo, fin.