miércoles, 7 de julio de 2010

ARCONIANOS DIEZ. EL TÍTULO PONGANLO USTEDES,PORQUE YO SOLO ESCRIBO.Y DEDICADO A ANDREAS, que me contaron

Quería esa noche romántica y la tuvo, porque las mujeres son las que eligen.
Uno lo prepara todo para ellas, pero solo eso; ¡lo prepara!.
Así que solo espera, sin esperarla- porque, también es una jodienda, digo; la espera- y encima desearla.
¡AHÍ! sí que no vienen. ¡NI DE COÑA!
---------------------------------------------------------------------------------------------------

Se tumba uno en el jardín y mira la noche y una estrella fugaz y un avión; no, dos, porque aquél está más lejos ¡ joder, se me olvidó pedir el deseo a la estrella fús!
Y viéndolo, y sí, ella viene y entonces, pregunta: ¿tú crees, que cuando nos vamos, nos vamos?
Y ella:¡cuando nos vamos, nos vamos!
Y él: ¡¿una polla, amada! y la mano ahí en su tripita, acariciando esa tripita, que te dio dos hijos, piensa él, ¡hay, ahí, DIOS!
----------------------------------------------------------------------------------------------------

Luego se da cuenta que él está bajo un cojín y ella ¡HAH!¡VENIDO!
No espera, la dice y ¡que se jodan los laísmos! y se levanta y la trae uno y ¡Hay que bordarlo! porque ella vino cansada y no durmió siesta- eso dice- ¡pero coloca el cojín!
Ese cojín que formó parte de un sillón y ahora es colchoneta y tranquilo, por dios, que se te va la olla.
-------------------------------------------------------------------------------------------------

Y BUFF, AHORA ÉL A SU LADO y ella mirando con él el cielo y dice él: ¡mira aquella estrella; acaba de estallaár, ¿cuantas en este día, que no sé cuál es?!
Pues cuando mueres, no solo mueres y ya. Es lo mismo. Y fíjate, vi un meteorito, dos aviones y un ovni y ahora vengo.
-------------------------------------------------------------------------------------------------

Se pone un guiski y va por el canuto que le preparó un amigo de su hijo el pequeño, al que por cierto le dijo:¡Hay que usarlo en buenas circunstancias y no a diario!, sino, hijo, no causa efecto y que pasó del caso que le hizo.
Y vuelve y la mira ¡ Y QUÉ HIJA PUTA!, Se dice pensando que la vejez... ¡QUÉ VEJEZ! ¡MIRA!

¡MIRA!
-------------------------------------------------------------------------------------------------

¡ Pero cuidado, ningún aspaviento, no se de cuenta! Y ya a su lado.
Y , ahí tumbado, bufff, la chupa a ella, ahí donde se suda y huele y ¡hostias! ese olor a ELLA. ¡ARRIBA!
Ahora sienten ese deseo cojonudamente compartido.
Y se notan cachondos los dos y no puedo fallar, parecido a follar y ¡qué dura la tengo!
¡LA VIRGEN!
Y sí, él ha sentido las contracciones de la corrida y es feliz y quiere ver su cara así de nuevo y sigue y sigue y sí, ahí esta ese rostro de nuevo feliz y sonriente.
------------------------------------------------------------------------------------------------

Él, quiere verla otra vez así de nuevo, pero ella ya no más y estoy cansada, me subo, y coge su asientocojíncolchoneta, colocándola, ahí en su sitio, en la terraza, en la silla que debe estar y se sube.
Él se queda y mira y grita tus formas de ti, mujer, mientras te alejas y se vuelve y sonríe con un dedo que da vueltas a su sien: ¡MIRÁNDOME!
Dice él.
------------------------------------------------------------------------------------------------

La luz de lasu¿mi?habitación se enciende y él ve la luminosidad, esperando que ella se asome a la ventana para ver su cuerpo desnudo y ya viejo cuando mirándose piensa: tendría que hacer deporte y... piensa él.
La luz se apaga y mira el cielo y ve más estrellas que podrían ser juntas una cruz y joder; piensa él, si el mundo hubiera comprendido...
Se levanta y mea, mientras bebe una cerveza y fuma el cigarrillo que quizá lo mate. PERO HOY, NO.
-------------------------------------------------------------------------------------------------

Siente ahora que se ha vuelto tumbar y oye... unas ramas...que...un cuerpo ha cruzado la valla
de su jardín, porque él, sintió esa mirada pelín antes y colocao y borracho pues vale, solo hay que esperar, mientras cierra los ojos y al abrirlos ve a la forma de la vecina que hizo la reforma ahí al lado y cuando los abre ella pregunta:
¿SUBO, YA QUE ESTÁS ASÍ?
Y él: un placer, vecina, pero bajito, nadie se entere y uff ella, que sube y bajae y subee y bajaeee, mientras confunde ese rostro, con la que arriba apagó la luz, dice, mientras susurra sintiendo la contracción vecinalvaginal.
-------------------------------------------------------------------------------------------------


Cuando se va la vecina con su satisfacción, él vuelve a mirar alel cielo y las estrellas y se imagina que lo que ve es un coño en el espacio enorme donde él, está dentro.
¡PUES COMO TODOS, NO TE JODE!, le dice una voz
-------------------------------------------------------------------------------------------------

Este papel transcrito tal y como está, se encontraba sobre el arcón,antes de que quisiera bajar por la cuerda
AL LEERLO NO BAJÉ.

6 comentarios:

Vicky Cateura dijo...

Hay que ver que peligro tienen las noches al sereno. hay veces que uno ... hasta piensa.

Besosss

Mafalda dijo...

Dios santo.... pero mira que aveces quisiera uno tener un vecino asi...

Un beso mi bello Hatoros!.. =)

HATOROS dijo...

IAM CIERTAMENTE ESTAS NOCHES DE CALOR...
MI AMADA ZULLY QUE TE QUIERO CABRONA Y BESOSABARAZAOS A LAS DOS Y ENQUE SE ME QUITE LA BORRACHERA OS LEO Y GRACIAS POR VENIR

Mina dijo...

Que bueno leerte de nuevo, gracias, la verdad ya extrañaba tus letras.

Un beso

HATOROS dijo...

PASO ENSEGUIDA POR TU CASA MINA Y TE LEO Y TE BESOABARAZAO

HATOROS dijo...

IAM NO TE PUEDO DEJAR COMENTARIOS SALEN UN HUEVO DE PREGUNTAS QUE NO ENTIENDO

Publicar un comentario

LA PIEDRA

Cuando llegué a casa de Alberto, me dijo que le acompañara, porque la vecina palmó y, tenía que ver si se había cerrado el gas y el agua. La casa olía a soledad, a rancio de persona mayor, y en la silla donde se sentaba, a muerto, pues en esa, la encontró la muerte. Alberto me dijo que estaba sola, nadie de familia, pues igual que tú, dije, que aunque tengas a tu hija, te amenazó con irse si no le dabas dinero, y por eso la mandaste a tomar por culo. Mira si quieres algo, porque el nuevo dueño vendrá y tirará todo, pintará la casa, pondrá muebles nuevos y la alquilará. Alberto abrió los cajones y miramos en ellos. Voy a llevarme esta caja con estos libros, las imágenes de las vírgenes y la piedra, le dije. Pues invítate a una caña, añadí, porque estoy tieso; eso está hecho, dijo Alberto, y le lié un cigarrillo para él y otro para mí. La piedra la puse encima de la valla del jardín y me olvidé de ella; las vírgenes por toda la casa. Fue al hacer el huerto, cuando volví a ver la piedra, por un lado cuarzo rojo, por el otro, pegado a él, una especie de grabado en piedra, parecido a celdillas. Me fumé un canuto y con los humos, descubrí de donde salía la piedra. En el monasterio de Fuentes, abandonado tiempos ha, pegado a la pared más alta del Pirineo aragonés, habitaban cinco monjes. Ahora eremitas, que, cortándose las lenguas para jamás volver a hablar, llegaron allá para expiar sus culpas, penas dolorosas por matar al pueblo de Ics, ordenado por sus superiores. Dedicaban sus vidas a orar, cultivaban la tierra cercana al río Escrito, y aliviaban las penas de los aldeanos, que llegaban en ocasiones, para que salvaran la vida de algún niño, presa de fuertes fiebres, atender algún brazo o pierna rotos, y en general atender a los necesitados. Nadie sabía sus nombres, y poco a poco se fue creando una aldea junto al monasterio. Cosa que se supo de inmediato en el castillo del marqués, pues dejaba de ingresar sus diezmos, y sus campos dejaron de ararse. Así que envió a sus treinta mejores hombres, para traer a todos los que allí vivían. Los que no quieran venir les arrancáis las orejas, ordenó. Poco antes de que llegaran, los aldeanos lo supieron y les dijeron a los monjes: como siempre, el poder debe mandar y el pobre obedecer, y si no tienes na, buena sea la muerte. Se reunieron los cien aldeanos dentro del monasterio y con la ayuda de los monjes…Sobre los arboles unas redes, sobre la senda, unas fosas. Los guerreros del marqués, confiaban en que sería sencillo, más cayeron en las trampas y despojados de sus armas y caballos, los encadenaron en el monasterio. Lo que ocurrió después ya se sabe, el marqués llamó al duque, coleguilla de pernadas, y juntando un ejército, arrasaron el monasterio, y tras enormes pérdidas de hombres, mataron a los monjes, les cortaron las orejas a los hombres, y a las mujeres las violaron y, una de ellas, presa de dolor, arrancó la piedra que aquí veis, y de padres a hijos, llegó a las manos de la vecina, que murió junto a la casa de Alberto y, la piedra, no tiene poderes, ni falta que hace, porque es bonita y me gusta mirarla. Y como todo, fin.