jueves, 24 de marzo de 2011

¿COMO VA TU PAÍS?

DA RISA TRAS LLORAR MUCHO. YA SABES, A LOS QUE VIVEN BIEN SE LA PELA

7 comentarios:

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...cuanta razón llevas HATOROS , al de siempre es al que le dan todas ...solo que a veces o tal vez puede algun dia se cansen y ocurra lo que esta pasando en otras naciones ...bueno eso es complicado y esperar es no perder la esperanza de que al final se arregle ...recibe todo mi afecto y una inmnesa alegria el saludarte.Con un fuerte abrazo tu amigo:


j.r.s.

HATOROS dijo...

GRACIAS AMIGO TE DOY OTRO ABARAZO ENORME Y EL PERDÓN POR NO VERTE TANTO

Andri Alba dijo...

Y tanto que da risa.

Otro abrazo,

Andri

Anónimo dijo...

MI QUERIDO AMIGO,NADA QUE VER,CON MI PRIMER AMOR...ES MAS UNA IMAGINACION,MUY POTENTE,DESARROLLADA,ENTRE EL ARTE!
MUCHAS GRACIAS,DE VERDAD,POR PASAR Y COMENTAR
UN ABRAZO,BESOS
LIDIA-LA ESCRIBA

HATOROS dijo...

GRACIAS ANDRI POR PASAR Y ABARAZOS
GRACIAS LIDIA Y BESOSABARAZAOS

Whivith dijo...

Pues a mi risa no me da.....
Me da una mala leche que...............
Ya sé que a los demás también, claro. Que sólo es pura retórica por no mentar a los antepasados de nadie.....
En fín que si todos hablasemos.....
Y lo peor de todo es que ni en las urnas se puede solucionar esto....
Ha llegado la caída de la froma de vida que conocíamos y urge encontrar otra rápidamente donde no haya tantas diferencias sociales y el trato sea mucho más igualitario....
(Igual es otra fantasía mía, claro).
Por un lado nos suben la luz, el gas, la gasolina, etc..... y por otro congelan los salarios y retiran los subsidios a quienes lo necesitan (En eso si que ha habido un gran abuso y por eso los quitan ahora....).
En fín, que e me aagria la leche y no merece la pena amargarse con el día tan bonito que tenemos.
Salgamos a dar un paseo y a ver el sol que eso, de momento, es gratis......

Pochoncicos.

Pochoncicos.

HATOROS dijo...

GRACIAS WIVITH Y ABARAZOS ENORMES

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LA PIEDRA

Cuando llegué a casa de Alberto, me dijo que le acompañara, porque la vecina palmó y, tenía que ver si se había cerrado el gas y el agua. La casa olía a soledad, a rancio de persona mayor, y en la silla donde se sentaba, a muerto, pues en esa, la encontró la muerte. Alberto me dijo que estaba sola, nadie de familia, pues igual que tú, dije, que aunque tengas a tu hija, te amenazó con irse si no le dabas dinero, y por eso la mandaste a tomar por culo. Mira si quieres algo, porque el nuevo dueño vendrá y tirará todo, pintará la casa, pondrá muebles nuevos y la alquilará. Alberto abrió los cajones y miramos en ellos. Voy a llevarme esta caja con estos libros, las imágenes de las vírgenes y la piedra, le dije. Pues invítate a una caña, añadí, porque estoy tieso; eso está hecho, dijo Alberto, y le lié un cigarrillo para él y otro para mí. La piedra la puse encima de la valla del jardín y me olvidé de ella; las vírgenes por toda la casa. Fue al hacer el huerto, cuando volví a ver la piedra, por un lado cuarzo rojo, por el otro, pegado a él, una especie de grabado en piedra, parecido a celdillas. Me fumé un canuto y con los humos, descubrí de donde salía la piedra. En el monasterio de Fuentes, abandonado tiempos ha, pegado a la pared más alta del Pirineo aragonés, habitaban cinco monjes. Ahora eremitas, que, cortándose las lenguas para jamás volver a hablar, llegaron allá para expiar sus culpas, penas dolorosas por matar al pueblo de Ics, ordenado por sus superiores. Dedicaban sus vidas a orar, cultivaban la tierra cercana al río Escrito, y aliviaban las penas de los aldeanos, que llegaban en ocasiones, para que salvaran la vida de algún niño, presa de fuertes fiebres, atender algún brazo o pierna rotos, y en general atender a los necesitados. Nadie sabía sus nombres, y poco a poco se fue creando una aldea junto al monasterio. Cosa que se supo de inmediato en el castillo del marqués, pues dejaba de ingresar sus diezmos, y sus campos dejaron de ararse. Así que envió a sus treinta mejores hombres, para traer a todos los que allí vivían. Los que no quieran venir les arrancáis las orejas, ordenó. Poco antes de que llegaran, los aldeanos lo supieron y les dijeron a los monjes: como siempre, el poder debe mandar y el pobre obedecer, y si no tienes na, buena sea la muerte. Se reunieron los cien aldeanos dentro del monasterio y con la ayuda de los monjes…Sobre los arboles unas redes, sobre la senda, unas fosas. Los guerreros del marqués, confiaban en que sería sencillo, más cayeron en las trampas y despojados de sus armas y caballos, los encadenaron en el monasterio. Lo que ocurrió después ya se sabe, el marqués llamó al duque, coleguilla de pernadas, y juntando un ejército, arrasaron el monasterio, y tras enormes pérdidas de hombres, mataron a los monjes, les cortaron las orejas a los hombres, y a las mujeres las violaron y, una de ellas, presa de dolor, arrancó la piedra que aquí veis, y de padres a hijos, llegó a las manos de la vecina, que murió junto a la casa de Alberto y, la piedra, no tiene poderes, ni falta que hace, porque es bonita y me gusta mirarla. Y como todo, fin.